miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿3?


Puedo decir sin temor a equivocarme que aunque me siga doliendo ver amanecer sin ti, escuchar los pajaritos madrugadores, cabrones, sin ti, no ver tu cara, no abrazar más que almohadones gigantes, que aunque me duela imaginarte haciéndole rizos en el pecho a otro, imaginarme solo de aquí a la guerra, aunque me duelan las mariposas y otras osas, creo poder recobrar mi vida, apilar pasito a pasito un montón de historias que contarte para la próxima, puedo escribir de nuevo sobre esa que sesea y me vuelve loco, puedo mirar unos ojos sin el miedo a verte a ti esos 19 días y 500 noches. Puede ser esta la noche 500, o no, puede que sea la 400, pero con eso me vale para seguir sin tanto vino ni tanta mierda. Y hoy hago mi cama tiesa y recojo los cuatro trapos de esta casa fría que no es mía, oculto mis errores y los limpio por fin, de la tinta de ese recuerdo borro a la cenicienta que pierde el tiempo, guardo los cartones, descansan mis pulmones.
Muchas noches quedan por venir, muchas de esas que ya había olvidado, en las que Fausto predominaba y Aureliano me arropaba con la luz encendida, adelantándose a ti con estos cartones sin historia. Noches que permitan seguir creciendo a un cuerpo demasiado magullado, a un alma que empieza a asomar y a pedir la atención de los comensales con la copa en alto, a agrandar el boquete entre mi garganta y tanto whisky doble, triple…   
Me vi sonreír al quedar atrapado entre dos miradas, sin poder escapar, aluciné al ver como ella miraba hacia mí con ternura ridícula, con tempura en los ojos pero mirando a otro, y a ese otro creyendo que al fin alguna le hacía caso y que sus problemas con el papel higiénico eran cosa del pasado. Puede que sea el aburrimiento, pero nunca pensé que podría llegar a robar un pedacito de amor ajeno para alegrar, concientemente, el resto de mi jornada. Así seremos los jornaleros rocosos que en vez de ir a la guerra o pedir en la calle, nos disfrazamos de persona y remamos hasta nuestros amigos para darles algo que leer, algo que hacer.

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