viernes, 3 de octubre de 2014

Mil y pico noches

¿Alguna vez viste el cielo caer y romperse en los mil pedazos que formaron las mil y una noche?  Yo lo vi un día abriendo un libro con las manos sangradas de lágrimas. Porque yo sufrí el alejamiento y sufrí la "Canción del Pirata". Yo sufrí tus ojos negros como el Teide y sufrí mis ojos secos por tu aliento lejano. Los latidos de la tierra que laten más rápido ahora con esta taquicardia precoz, la almohada dura y caliente cada noche, el estomago que te extraña. Sufrí cuando los pasos se quedaron mirándome y de un guiño desaparecieron para siempre. Porque yo si vi esas mil y una noches chocar con sus mañanas y sus tardes y aposté por una guitarra y unas voces, y ¿sabes qué? perdí por necedad, por querer la manzana y el pecado e importarme una mierda la serpiente, por rezarle a dioses paganos y lavarme la frente ferviente en agua bendita. Por las noches en la cama escuchando como plegarias tus súplicas al oído, por ser hermosas en su inmediatez e históricas en mi mente. Por acarrearme el olvido a lo esencial que no es más que un pana, un culo y birra al viento. Y que digan lo que digan, hoy será siempre hoy, y tu sonrisa, asiente.