lunes, 28 de mayo de 2012

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Es el tonto motivado que habla por mí, que oculta con dientes color carne las sonrisas que quieren llorar, que me obliga hoy a escribir unas líneas que no provocan, que sacan a relucir voces que deberían haber muerto pero que siguen en una sola bacanal disfrutando del vacío terrible que llena los términos nerviosos de mi cabeza. Podrían ser las manchas de noches pasadas que tras mis orejas acampan y susurran las incesantes verdades de vidas difíciles de vivir.  Son temas recurrentes, son círculos viciosos, paisajes evasivos, amigos que animan, los que desaniman, es un futuro mejor, incierto, sabroso, al sol, es la vida que resurge mis cenizas, los extractos vegetales que me atacan, los recuerdos que se me olvidan, la vergüenza que siento al pensarte, los mosquitos que deambulan hacia el final cada vez más cerca, las moscas cojoneras, los pétalos que nunca caen, el humo de mi vista, los cigarros, que sí, me quedan por fumar.
Quizás sean puros sueños, no de esos que son cantados, hablo de los horribles, de los de verdad, de esos que te despiertan de pura felicidad, los que esconden la realidad al inconsciente para no sufrir más. Es el hombro al que llorar, es tu propio yo dándote animo, abrazándote con esos abrazos sentidos que te sacan el aire pecho a pecho, de los que no se enseñan, de los que solo tu amigo puede darte, los que desdoblan tu alma, el espejo que grita de alegría al verte, los que hablan contigo cuando nadie más quiere, los que quedan para siempre… 

domingo, 6 de mayo de 2012

Caracas ciudad de despedidas...


“Patéticos”, “sifrinos”, “analfabetos”, “oligarcas”… me iría demasiado. ¿¡Y qué coño!? Yo también me iría demasiado, yo también quiero vivir una vida plena, tener la posibilidad de luchar por mi país y no pasear mi falta de orgullo por boleíta o por la cota mil… Yo también quiero ver como termina este peo.
Hoy siento vergüenza, más que nunca siento vergüenza del país del que vengo, un país corrupto, de asesinos, de estafadores, de jodedores, de playas bonitas, de mujeres bellas “pal coño”, de mi querida Ávila y de mis queridos Andes… pero sobre todo de un país que se ríe sin pudor de sus jóvenes por que se atrevieron a decir lo que les salió del estomago y ahora tienen que esconderse o justificar sus palabras… No hay mejor signo para evaluar la salud de un país que escuchando a sus jóvenes.
Siento como las entrañas se me revuelven leyendo esa cantidad de porquerías, tapadas y escondidas por el anonimato de las redes sociales, el anonimato de internet que protegen su desfachatez y agresividad…
Esas palabras tienen emoción y sinceridad, son palabras de “veintegenarios”, “veintegenarios” que hablan de una ciudad podrida y un país enfermo.
Defiendo cada una de ellas, esas que osaron hablar aunque solo fuese para un trabajo universitario, grito hoy desde mi propio anonimato para que se respete la opinión en una sociedad acostumbrada a desprestigiar las no compartidas, lloro que pocos sean los que no lapiden la realidad llena de emoción por expresarse así o asa …
Yo me iría demasiado de un país en el que sus jóvenes sean puestos en jaque por los mismos que se llaman defensores de la democracia, porque de algunos me lo espero…
Miremos lo que nos rodea y saquemos nuestras propias conclusiones pero señores, no caigamos en la crítica fácil, no crucifiquemos a unos chamos sin pelos en la lengua porque no somos ni fuimos mejores…  Dejemos de ser la vergüenza mundial partiendo desde nosotros y juzguemos nuestras opiniones por su casi nulo valor, no seamos así de engreídos… por favor.