miércoles, 22 de agosto de 2012

Yo es que no sé...


Yo no sé si estás loca o si soy demasiado optimista o nihilista o un imbécil más. Me cuesta entender algo, tiro por lo de imbécil pues. Aunque no todo es malo… te lo juro. Ya sé que grito mucho, que soy ruidoso, alguna vez “flatulo”, que me pedo vamos… Y no solo eso, a veces no siento, pero tampoco padezco, lloro por dentro tantas veces y un par sólo sabiendo de las causas. Pago mis males con otros, abuso cuando puedo, sin querer maltrato, hablo mucho, me muevo mucho, me río demasiado, parezco retrasado con algunas bromas, así como Ignatius. Bebo demasiado, fumo otro tanto, me despierto con cara de perro, no me depilo y soy un poco peludo, tengo un diente de palo, soy poco musculoso y no tan atractivo como esperas.
Pero también sé decir te quiero, en un par de idiomas y con el corazón en la mano, sé darlo todo y dar un poco,  sé abrazar a un amigo cuando le hace falta y cuando no también, sé reírme de tu risa, sé viajar kilómetros para ver tu cara de loca, sé besar, sé quererte como un bobo, sé elegir bonitos regalos y hacer que los que son penosos parezcan un poco menos malos, sé estar en contra de pelear dándote besos apasionados, sé ser guapo cuando se me requiere y también que mi fealdad parezca un trámite a nosotros. Sé que la fidelidad no es lo mío, pero también que contigo no es lo mismo. Sé llorar por no tenerte pero también sé levantarme una y otra vez, sé dejarme regañar, sé pedir perdón, sé cantarte suave con cuatro acordes. Me despierto con cara de perro, pero sonrío siempre al pensarte. Me gusta viajar y me gusta tomar mate. Me gustas tú, pero mi mundo no se acaba ahí. Sé perder en el amor y no en baloncesto, sé que algún prototipo me puede ganar sin tan siquiera luchar. Y si, sé ser serio, pero necesito a alguien para serlo, sino no me renta. No sé... 

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