miércoles, 26 de octubre de 2016

Huyendo

Se sentía en el ambiente dos luces transparentes, se sentía el goteo de mis ojos al sol. Me voy en búsqueda de un rincón, me voy huyendo del frío invierno.

Pasó el ocaso entre las verdes moras, brillando sus escamas entre los pinchos, soplando viento entre sus ojos y los míos.

No has comido, lo he visto, tu mirada me habla de aquellos tiempos lisos, me habla de un futuro lejos de aquí, el verde viento me abrazó a ti. Me resbalé en el fango y cogí el candelabro, el de las siete velas, el de los establos. Aplaqué mi ira en un papel, en tus versos y en tu recuerdo, aplaqué mi vida contigo, mi amor no tiene fin.

Nuestro último beso ya nos lo hemos dado, que bien suena y que mal sienta. Los ocres ojos ya no tapan la neblina de las noches de cantina. Hoy de nuevo me voy, rió abajo, noche muerta.

El camino es largo entre las zarzas del Señor, no olvidemos comernos pues pronto desaparecerá el verano tieso, las luces que rugen tras las hojas marchitas.


Te robo las palabras que un día te di y me quedo la silueta de lo que ese día fuimos. Me baño ya en la fuente bendita hundiendo mis dientes en la piel que tirita, buenas noches señora ya dijo el gran poeta, buenas noches mi amada, se cerró ya la puerta.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario