viernes, 13 de abril de 2012


Estoy exhausto, me tiemblan las piernas, no pienso y cuando lo hago me pesa el vivir buscando olvidar, no dormir, reprimir horrendos sentimientos que no bastan para mi… El aire vegetal corre en bocanadas hinchadas por las corrientes de mi cuerpo. El temblor pobre agotando la vida esquelética de las vistas hinchadas de calor y tiempo, el paseo nupcial del humo apalabrando el coste del gas este mes, de si habrá luz o simplemente se dejará caer otra más de buena historia. Y si volando me choco con una clavo afilado y levantándome veo mi cuerpo bañado por lava roja, veré el alma profunda del mundo de abajo, el aire nauseabundo de las inmundicias paganas en días de poca fe.
El oleo bárbaro que riega la tierra seca del sur, los profanos ronquidos de la droga y el vicio  que son el pegamento destructor de estas ventanas, el pudor de dejarte tirada como mártir, como perra. Tambaleando palabras que una vez, en boca de otro, significaron algo. Serpenteando el dolor con cualquier antídoto, olvidando que ya no hablas, que nada significa lo mismo, que la bañera hoy se llena, sola, con lágrimas inútiles que no podían caer más bajo… 

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