martes, 2 de abril de 2013

19.


Estás destrozada, estoy destrozado, estamos todos destrozados. Todo igual.
Leo palabras que fueron las puntas de tu lengua, me siguen sorprendiendo, me siguen asustando, que todo sea un sueño, que me despierte con los sofocos otra vez, que la ansiedad me vuelva a llevar "pa bajo". Esas puntas son hoy las puntas de mi pluma seca de no escribirte, son las puntas de no saber olvidar, las noches en la que los grillos me enamoran cantándole, a mis oídos, tu nombre. Los búhos viven por la idea de tenerte, el viento quiebra silencioso las ramas y mis brazos desahuciados por tu cuerpo. La dama de noche perfuma ahora las madrugadas, esas que antes alumbrabas con tus pasos hacia mi cama. El jazmín también te extraña, algunas noches lo oigo llorar  y empalagarme con su aroma que como tus labios, endulzan las escaleras que dan al patio.
Nada parece importante aunque todo importa, todo renace con una sonrisa, un suspiro, una caricia de una boca melosa y del jugo de tus ojos cada mañana. 

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